6 nov 2010

JORDANIA. CAPÍTULO VII – ÁQABA - WADI RUM - AMMAN


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VIERNES, 08/10/10 – AQABA – WADI RUM – AMMAN

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Hoy también tendríamos que madrugar, la recogida era a las 07:45, y tras el desayuno, fuimos a una tienda junto al hotel para comprar agua y cuento la anécdota porque una vez más pone de manifiesto la honradez de los jordanos, cosa que nosotros ya no estamos acostumbrados y es inconcebible.


Nada más salir del hotel al echar una mirada hacia la tienda, que estaba al lado, vimos todas las prendas colgadas y artículos de artesanía allí expuestos en una especie de porche, para su venta y nos dijimos, “está abierta”, pero cuando llegamos no vimos a ningún vendedor y la puerta de acceso al pequeño cuartillo interior, estaba cerrada. En la puerta del hotel vimos a una par de personas que le preguntamos y nos dijeron que estaba cerrada, como sólo queríamos 2 botellas de agua, abrimos la nevera, las tomamos y les dimos el dinero a estas personas pidiendo que se lo entregaran (sabíamos cuanto era porque la noche anterior ya habíamos comprado más). Nos fuimos extrañadas de que cerraran la tienda sin recoger los artículos y que por la mañana no les faltara ninguno.


Cuando nos recogió el autobús, camino de Áqaba, después de salir de Wadi Musa dio un rodeo para pasar por una carretera, y parar en un mirador en la parte más alta para poder divisar desde allí las bonitas vistas que se veían de la antigua Petra, el Monte Hor, donde se cree que está la Tumba de Aarón, hermano mayor de Moisés y las ciudades que hicieron para alojar a los beduinos al echarlos de Petra.
 
 
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Fuimos del tirón hacia Aqaba, hay unos 120 kmts., como 1 h 30’. Esta fue quizá una de las visitas que más me decepcionó, en el sentido de que esperaba que íbamos a estar más tiempo, tras una parada técnica de baños nos dieron una panorámica sin bajarnos del autobús hasta llegar al puerto, donde nos bajamos pero sólo para tirar fotos a las vistas que teníamos delante.


Dicha vista era la del Golfo de Áqaba (o también el golfo de Eilat, por ser estas las dos ciudades más importantes de Jordania e Israel respectivamente, con las que linda el golfo), el Mar Rojo y al fondo el territorio de costas perteneciente a tres países, a la derecha, Áqaba de Jordania, al frente Eilat, de Israel y a la izquierda Taba, de Egipto.
 
 
 
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Áqaba es el principal lugar de vacaciones para los jordanos y también para muchos turistas de otros países, es famosa por su buen clima que difícilmente baja en invierno de los 20º, por sus playas, por el submarinismo y snorkel, por los baños turcos, pero principalmente por ser un puerto franco.


Actualmente Áqaba se ve que es una ciudad que no tiene nada que ver con el resto de Jordania, mucha más gente vestida de forma occidental y las tiendas, no como los zocos árabes si no como cualquier zona comercial europea. Lo que si es una ciudad que está creciendo mucho en los últimos años, se puede apreciar en su visita la cantidad de edificios nuevos que hay y los muchos más que se encuentran en construcción.


Seguidamente nos llevaron al centro de la ciudad donde nos dieron unos 45’ de tiempo libre, tras dejar el autobús en una placita callejeamos un poco por su mercado (curiosas las cabezas de camellos colgadas) y por varias calles de los alrededores, para comprar, como no, latas de cerveza, teníamos mono y había que hacer aprovisionamiento para los días que nos quedaban , ya que aquí al ser puerto franco estaban muy baratas (1 DJ), además compramos frutos secos que nos había dicho el guía que eran muy buenos y baratos, y tenía razón 1 kg de rebujiñas, compuesta de pistachos, almendras, avellanas, cacahuete, anacardos, etc. riquísimos de verdad con un punto de tostado y de sal ideal, sólo por 5 DJ. También aprovechamos para cambiar dinero que aquí estaba el cambio bastante bueno, a 0,95 DJ/€. 


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Una excursión que a mí me ha quedado la espinita, si hubiera tenido más tiempo libre en Áqaba, es realizar un paseo por el mar en un barco con el suelo de cristal, ver la ciudad desde el mar y los arrecifes de coral, contemplando el espectáculo de animales que pueblan el fondo marino, incluso tengo entendido que se llegan a ver restos de tanques hundidos de la guerra de los seis días, pero en fin, todo no se puede llevar para adelante, esto habrá que dejarlo para otra ocasión.


Los 45’ pasaron enseguida y regresamos al autobús para dirigirnos a otro de los sitios estrellas del viaje, el desierto de Wadi Rum.
 
 
WADI RUM

Wadi Rum, también conocido como El Valle de la Luna  es un valle cortado en la roca de arenisca y granito en el sur de Jordania a 60 km al este de Aqaba. Para reflejar su correcta pronunciación árabe, los arqueólogos se transcriben como Wadi Ramm. La elevación más alta en Wadi Rum es el monte Um Dami a más de 1800 m sobre el nivel del mar.


Unos 2 Km. de anchura que se extienden de Norte a Sur a lo largo de unos 130 km. Los valles ofrecen un paisaje desértico de arena y rocas, salpicado  de  Majestuosos “jebels” de arenisca, granito y basalto cuyas formas han sido modeladas por la erosión durante 50 millones de años.


Desde el lecho de los valles, a unos 900 m sobre el nivel del mar, se yerguen, perpendiculares y gigantescas, imponentes montañas (“jebels”), siendo Jebel Rum, con sus 1.754 m, la cumbre más alta de Jordania.

Cuando llegamos al centro de visitantes, mientras Nizar sacaba las entradas, un beduino me puso correctamente el pañuelo en la cabeza que me hacía ilusión porque estéticamente quedaba bonito, así parecería una auténtica beduina y además me ayudaría a soportar el sol que nos esperaba en el desierto.


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En nuestra excursión llevábamos incluida una visita de 2 horas de duración realizada en unos peculiares vehículos 4 x 4, conducidos por beduinos, estos vehículos estaban un poco viejos y los tenían muy simpáticos decorados con las mantas típicas jordanas con unos colores muy llamativos, cabíamos 6 personas en cada destartalado jeep más uno de copiloto con el conductor.
 
 
 
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Nada más llegar, ya se divisa la preciosa montaña imagen de Wadi Rum, la Jebel Rum o más conocida desde el libro de Lawrence de Arabia como “Los Siete  Pilares de la Sabiduría”


En Occidente, Wadi Rum es más conocido por su relación con el oficial británico TE Lawrence, quien basó sus operaciones aquí durante la revuelta árabe de 1917-18. En la década de 1980 una de las impresionantes formaciones rocosas en Wadi Rum fue llamado "Los Siete Pilares de la Sabiduría"en memoria de el libro de Lawrence escribió en las postrimerías de la guerra, aunque los" Siete Pilares "se refiere en el libro en realidad no tienen ninguna relación con Ron.
 
 
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 Fue muy divertido viajar a las velocidades que cogían estos conductores por el desierto, saltando cuando cogían una pequeña duna.

A veces te cruzabas con algunos beduinos tirando de sus camellos o bien resguardados o haciendo su té bajo una roca, ya que actualmente está habitado por algunas tribus de beduinos nómadas.
El paisaje del desierto es algo increíble, nunca había visto una arena tan roja.

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La primera parada la hicimos para subir una pequeña duna y divisar el paisaje desde la misma, el que podéis comprobar en las fotos de abajo.
 
 
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Hicimos una segunda parada para adentrarnos un poco más en el paisaje lunar de este desierto y subimos a otra duna un poco más alta, aunque no hay grandes dunas en Wadi Rum.
 
 
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La tercera parada fue en Khaz'a li es el sitio de petroglifos grabados en las paredes para mostrarnos unas grabaciones con inscripciones y dibujos en sus rocas, lo que confirma que la región estuvo habitada desde el siglo I a.C por muchas culturas como los nabateos, dejando su huella en forma de pinturas rupestres o grafitis.
 
 
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La cuarta parada la hicimos en el desfiladero de Lawrence de Arabia, tras disfrutar de los preciosos paisajes de la zona llegamos al desfiladero donde se encontraba un campamento y una tienda-bar donde vendían artículos típicos y nos invitaron un té. Allí Nizar nos explicó la historia de Laurence de Arabia y nos mostró las grabaciones que hay de él en la roca.
 
 
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Varias imágenes de Wadi Rum:

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Acabada nuestra visita de 2 horas en 4 x 4 por el desierto de Wadi Rum, nos llevaron al campamento “Captain Desert” (que más abajo describiré), donde previamente nuestro guía había concertado la comida, es muy turístico y bastante caro para su nivel de vida, pero eso es el inconveniente del turista en tour organizado.

Lo cierto es que fue bastante original, descubrimos una manera de cocinar a la vieja usanza, con un horno natural bajo tierra donde la comida estaba exquisita y disfrutamos mucho con toda la parafernalia del desenterramiento.


La comida consistía en un buffet de ensaladas y pollo, cordero, arroz, patatas y verduras más postre más 1 botella de agua para cada 4 personas, un refresco o cerveza sin alcohol  y un té, 20 Dj por persona.



Descripción de asado bajo tierra:  En la parte trasera del campamento vemos un montón de arena humeante, tras reunirnos a su alrededor todos los grupos de turistas que nos encontrábamos en el “restaurante-jaima” con cámaras de fotos y vídeos en mano, los beduinos comienzan a desvelar “el secreto” con unas palas retiran toda la tierra, apareciendo bajo ella una manta con motivos atigresados.

Bajo la misma, se desvelan pliegos y pliegos de papel aluminio que retiran con todo el cuidado posible para que el agua depositada en ellos por el vapor, no se vertiera dentro, tras esto encontramos un chapa que retiran con todo el cuidado para no quemarse y ya por fin, todos expectantes, apareció esa armadura de hierro de tres pisos sumergida en la tierra sobre un lecho de leña llena de verduras, cordero y pollo con una gran olla de arroz.

Mejor ver las fotos y video insertados abajo.


Fotos y video del cordero, verduras y arroz cocinado bajo tierra



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Wadi Rum. Jordania
 
 
Nos quedaba mucho Wadi Rum por ver y hubiera sido perfecto habernos quedado a pasar la noche para poder hacer otra excursión en 4 x 4 por la tarde, a otra zona diferente además de contemplar los amaneceres y puestas de sol que son fantásticos, pero por nuestro “miedo a lo desconocido” y el no haber tenido ninguna información al respecto antes del viaje nos hizo que nos decidiéramos por pasar de nuevo la noche en Amman.

Desde aquí animo a todo los que estén planificando un viaje a tierras jordanas, que incluyan una noche en estos magníficos campamentos de Wadi Rum, que evidentemente no van a encontrar las comodidades de un lujoso hotel pero creo, por la experiencia de otros compañeros del viaje que sí lo hicieron, que merece la pena. 


Aquí os pongo algunas fotos del Campamento Captain Desert que es el que nosotros conocimos por ser el sitio elegido por nuestro guía para comer. Arriba os pongo un link a una página de buscadores de hoteles es donde tenéis más fotos del campamento y todo tipo de comentarios, aunque en realidad, ahora echándole un vistazo no hay una mayoría de ellos positivos, claro todo depende del nivel de exigencia de cada uno.


Fotos de campamento “CAPTAIN DESERT”


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Después de reposar nuestro té, a las 16:45 nos montamos de nuevo en el bus para tomar rumbo hacia Amman

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Nos quedaba un largo camino por recorrer, 4 horas de viaje y unos 330 kmts, con sólo una parada para baños, lógicamente en una tienda gigantesca para que pudiéramos comprar mientras nuestro chofer hacía sus rezos del día.

Eran las 21:15 cuando estábamos entrando en nuestro Hotel de Amman.
 
 
 
Nizar nos había dicho que si queríamos ir a Betania uno de los dos días que teníamos libre en Amman, podríamos tomar un taxi, en nuestro caso dos,  por ser seis personas ya que un taxi normal no coge a más de cuatro, cosa incierta en Jordania porque en algunos de ellos nos montábamos todos apretujados, pero en trayectos cortos, habida cuenta que para ir a Betania teníamos que salir a carretera y era un trayecto un poco más largo, nosotros éramos los primeros que no queríamos ir en un taxi normal.

El precio era de 60 Dj cada uno, sería un total de 120 Dj el grupo, así que después de la cena fuimos a hablar con el conserje del hotel para contratar un taxi de 6 plazas para poder ir todos juntos y a un precio menor, 100 Dj.
 


Tras concretar la hora nos dijo que teníamos que pagarle por anticipado, ningún problema, pero aquí va la anécdota, le pago el dinero y le pido un recibo, el señor se queda asombrado por lo que le estoy pidiendo y me dice que con su palabra basta. Le comento que al día siguiente por la mañana no estaría el de servicio y si teníamos algún problema no podíamos justificar que habíamos pagado, tras mucho insistir me dio un papel con una pequeña anotación a mano con su nombre e identificación particular a modo de factura.

Es curioso, porque nos pasó en varias ocasiones, como por ejemplo en los restaurantes, que a veces cuando traían la nota, después de pagar se la llevaban y no la devolvían, nos hace pensar que los jordanos no son muy dados a las facturas.


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